Tenemos 7 formas de ayudarle.
1. Prémiale cada vez que vaya. Asociará el veterinario con algo positivo.
2. Siempre seguro en el coche. Fija bien el transportín para evitar que se ponga nervioso. Acaríciale para tranquilizarle.
3. Llévale con frecuencia. El hecho de ir lo asimilará con la monotonía.
4. Manipúlale con cuidado. No hagas movimientos bruscos que puedan asociar a una amenaza en el veterinario.
5. Debemos ser tranquilos. Si la mascota nos ve alterados, él también lo estará. Necesita vernos calmados para contagiarles la tranquilidad.
6. Masajea al perro en el veterinario. Las posibilidades van desde ofrecer un masaje en las patas y cuello o manipular con suavidad la columna vertebral hasta acariciar la parte trasera de las orejas.
7. Si el miedo es irremediable lo mejor es que el veterinario acuda a tu casa. El perro se sentirá más cómodo en su hogar.